Cuando hablamos de tener una página web no solo hablamos de una «estética» sino de algo mucho más trascendental. La realidad es que si es tu caso y aún no tienes página web, es probable que alguna vez te hayas planteado tenerla pero te frenan varias cosas, entre ellas la pereza de participar en la creación de la misma o bien en las pocas ganas que tienes de pagar una cierta cantidad de dinero por algo intangible.
Bien, aunque no te lo creas, en este artículo hablaremos de 3 contundentes motivos por los cuales aquellos que no dispongan de página web deberían reflexionar. No se trata de algo intangible, sino de algo que puede reportar beneficios a medio y largo plazo.
Este artículo va orientado a las personas que tengan una empresa (sea del tamaño que sea) y que tengan ganas de ver prosperar su negocio. De lo contrario el futuro inmediato es quedarse en una penumbra digital y social, las cuales deberíamos rechazar.
1. Más de 17 millones de españoles navegan a diario
Es una cifra contundente. Podría decir más; el 65% de los españoles navega de forma semanal. Esto no son solo cifras, sino que si las extrapolamos nos sirven para afrontar la primera premisa para decidir si tener o no web; tenemos que asumir que los tiempos han cambiado y que son más las ocasiones en las que decidimos nuestras compras totalmente online.
No sólo se trata de comprar en una tienda virtual, sino que mediante lectura, información y demás podemos hacernos una u otra imagen de aquello que hayamos buscado. Sí que es verdad que mucha gente aún no compra totalmente online, pero esa gente seguirá desplazándose en busca (y captura) de ese bien que desea.
Entonces, ¿ves por dónde va este argumento? Entre todos esos millones de usuarios activos cada día, están tus potenciales clientes. Claro está que deberás decidir si quedarte con tu mercado local o decides expandirte a nivel provincial, comunitario o nacional.
Fuente: INE
2. La mejor forma de vender es no hacerlo
Este es un poco enrevesado a la hora de comprender pero es simple. A los usuarios que navegan por internet no les gusta que les vendas algún producto, simplemente lo compran si lo ven conveniente. ¿Qué quiere decir esto? Que una página web es la mejor manera de hacerle creer al usuario que lo que ve, lo que le interesa o lo que desea, donde podrá adquirirlo mejor y de mayor (o menor) calidad y a un mejor (o más caro) precio es en tu empresa.
Es decir, aunque parezca contradictorio, no lo es. Seguro que habráis leído u oído frases como «el mejor [producto] lo vendemos nosotros» o «no lo dude más, nuestro [producto] es el mejor que encontrará«. Pues esto es lo que no se debe hacer.
Atrás quedó ese marketing de los años 80-90 y, gracias al boom de internet, es posible hacer otro marketing más visual, más cercano y más verídico.
Si eres bueno, se notará.
Si eres moderno, se intuirá.
Si de verdad amas lo que haces, comprarán.
Y todo gracias a una página web adecuada al año en el que estamos, con un estudio de marketing detrás para poder valorar qué es lo que mejor atraerá a tu cliente y cómo explicarle que tu producto es bueno, sin más.
Una web es tu principal carta de presentación frente a un nuevo mundo virtual en el que viven millones de personas. ¿Verdad que cuidas tu local? Entonces, ¿por qué no tienes página web?
3. Estar ahí cuando no te buscan, es lo mejor que te puede pasar
Todos buscamos en internet en nuestro buscador preferido (Google, Bing…). No es casualidad que si buscamos «comprar botas de agua» nos salgan los primeros resultados. Estas páginas web tienen un trabajo de posicionamiento detrás.
Ahora bien, nuestro inicio es aparecer en primera posición cuando un potencial cliente busca de manera local. Esa es la mejor forma de empezar. En nuestro ejemplo sería «buscar botas de agua en Vilassar de Mar» (por ejemplo). Obviamente que las páginas web que nos aparecían en el primer resultado no son las mismas que las del segundo. Por ende, para aparecer en el segundo resultado no hace falta que tengas un profesional del SEO (posicionamiento web), sólo hace falta que tengas UNA web bien hecha.